sábado, 9 de diciembre de 2017

EL FERROCARRIL


Imagen relacionada



El ferrocarril es la pieza principal que supuso el tren. Ya existía en el siglo XVI, en las minas de Transilvania: eran carriles de madera que cumplían la función de carretera. Sobre ella se deslizaban las pesadas carretas de tracción animal.
En Gran Bretaña los antecedentes de ferrocarril se remontan al siglo XVII: eran unos caminos sencillos de rodadura formados por una superficie plana de tablas de madera, como en Transilvania, sobre los que circulaba tracción animal y los vagones repletos de carbón.
En Inglaterra surgió la idea de reemplazar las planchas de madera por otras de hierro para poder aumentar el peso de los vagones sin que el carril o vía de desplazamiento se rompiera.
En 1763, Richard Reynolds creó el primer rail de fundición que reemplazó a los de madera que habían funcionado desde 1602 en las minas de Newcastle. Además, William Jessop, creó en 1789 el primer rail de bulto que funcionó hasta 1858. 
En 1802 el mecánico inglés Richard Trevithick construyó en las fundiciones y forjas de Coalbrookdale la primera locomotora de vapor, que en 1804 arrastraba un convoy de cinco toneladas y recorría quince kilómetros a la velocidad de veinte por hora. Además se le agregó un vagón de pasajeros, el cual era escasamente útil ya que totalmente cargado no lograba alcanzar una velocidad superior a la del hombre andando.
El primer uso útil de la máquina de vapor y del ferrocarril fue en las minas inglesas de carbón de piedra, donde en 1804 se creó un tendido de raíles de hierro sobre el cual avanzaba la locomotora de vapor de Richard Trevithick. Pero como el hierro era colado y no soportaba bien el peso de la locomotora, no se dio como aprobado su uso.
Resultado de imagen de invención del ferrocarril
Ya entonces se empezó a hablar del ferrocarril como medio de transporte humano, aunque se ridiculizó a quienes patrocinaban la idea.
Todos desistieron del proyecto menos George Stephenson, que ya había ingeniado y puesto a prueba su locomotora Blücheren (Blucher) en la mina Killingworth, en Northumberland. Todo el mundo sabe que fue él el inventor de la máquina de vapor en 1815, donde arrastró ocho vagones que podían transportar hasta 30 toneladas de carbón a la velocidad de siete kilómetros por hora.
En 1821 Stephenson hizo un conjunto de raíles de hierro colado de un metro de longitud que poco después sustituyó por los de cinco, y que empezó a fabricar el fundidor John Birkinshaw.
La blucher de Stephenson fue la primera locomotora de vapor en pleno funcionamiento que podía ir por los rieles de los ferrocarriles públicos. El blucher se estrenó a una velocidad de 4 millas por hora, pero su inventor siguió trabajando para poder aumentar en un futuro su velocidad.
En 1825, el tren de Stephenson, rebautizado como “locomoción”, fue sacado para ensayo de velocidad. La prueba se desarrolló sin contratiempos, logrando llevar a 450 personas desde Darlington a la estación Stockton a una velocidad de 15 millas por hora.
La era del ferrocarril comenzó de manera efectiva con la línea Liverpool-Manchester, en 1830. Se conseguía aplicar el vapor como energía o combustible que tirara de la locomotora. Por primera vez iba a ser posible viajar a una velocidad mayor que el caballo.
En poco tiempo las distancias se fueron reduciendo; no pasado mucho tiempo el viaje Londres-Edimburgo, de doce días de duración, se reduciría a seis horas.
Imagen relacionada
A mediados del XIX el médico barcelonés,  Felipe Monlau, tras un viaje en ferrocarril, aseguraba: “El telégrafo eléctrico y este gran monstruo alimentado de vapor son lo peor que existe para el sistema nervioso”.
Y Manuel Bretón a mediados del XIX bromeaba así sobre el invento: “Viajar en ferrocarril es como viajar en abstracto”.
Nadie daba futuro al invento, ni siquiera la prensa. Pero el inventor Robert Stepheson se lo tomó de manera optimista.
Fue su hijo quien jugaría un papel decisivo en el éxito nuevo transporte. En 1828 trabajó para crear la locomotora de vapor The Rocket (El Cohete) alcanzando cuarenta y cinco kilómetros por hora, intentando cambiar la opinión de la gente sobre este transporte.
Un año después se inauguró la primera línea de pasajeros, la Liverpool-Manchester, de 46 kilómetros de recorrido.
Fue un triunfo el invento del tren tras haber conseguido alcanzar casi ciento treinta kilómetros por hora. Poco después se iluminaron los vagones con lámparas de gas (1858), y nacía el concepto y aplicación de vagón restaurante en Estados Unidos (1863). El coche cama de George M. Pullman permitió en 1865 lujos nunca imaginados.
En España el primer ferrocarril se instaló en 1848: la línea Barcelona-Mataró. Era el primer tren español. Se construyó en un año y fue necesario tender nuevos puentes y construir un túnel.
La línea Madrid-Aranjuez se inauguró en 1851 por Isabel II con estaciones en Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos y Aranjuez. Circulaban tres trenes diarios en cada dirección y los billetes costaban veinte reales, los de primera clase; catorce, los de segunda; ocho, los de tercera, y cuatro los de cuarta clase. Se le llamó popularmente tren de la fresa y era el primer tramo del tren que tendría que unir Madrid con el mar por Alicante. La línea Madrid-Sevilla, una de las líneas más vanguardista del ferrocarril español, ya unía por tren estas ciudades en la década de los 1860.
El primero tren de uso público fue inaugurado en 1825.



No hay comentarios:

Publicar un comentario